domingo, 3 de marzo de 2013

4- UNA HELLO KITTY SIN SONRISA



     Esta tarta se la hice a mi hija Claudia en su 7º cumpleaños. En realidad a ella nunca le ha gustado mucho Hello Kitty. Pero una persona  que hace unas tartas fabulosas me dijo una vez que ella había hecho por encargo y bien pagadas, por cierto, docenas de tartas de Hello Kitty. ¿Quizá debería cambiar de profesión? Mi amiga Anita, la de la boda, siempre quiere que montemos un negocio de tartas, así, en nuestras horas libres, como si fuera tan fácil….claro, tiene treinta años…aún su cabeza puede dejarse invadir por alguna que otra locura, aunque no sé por qué hablo… yo también consiento que aún entren algunas en la mía y además, siento que me quedé en los veinte… No, no saldría bien, mis tartas llevan todas un corazón dentro, y ese corazón ni es negociable ni es comestible ni puede surgir por encargo.



     Pensé que era un buen momento para probar a hacer una. Como ya he dicho en alguna tarta anterior, aún no me había propuesto hacer una tarta especial pensando en cada persona. Por eso debo reconocer que aunque quedó mona no estuvo a la altura, ni siquiera a los pies, de lo que Claudia merecía… otra persona, bueno, personita, con quien tengo una deuda de tarta….no es la única, ni mucho menos … Por cierto, con Quique ya pagué mi deuda pero mi comentario sobre su reciente tarta de “El fantasma de la ópera” y su historia tendrá que esperar turno.

     Esta tarta es muy fácil. La parte de la decoración con fondant, lo más divertido para mí, es muy aburrido. Cubres con fondant blanco, haces los bigotitos, modelas el lazo ¡¡y se acabó!! Me pareció aburrida. Además la hice muy rápido, no hay más que ver el lazo...Pero bueno, ahí está. A Claudia le gustó verla, pero no le dedicó más que los segundos reglamentarios para apagar las velas… prefería sus Squinquis. ¿Que qué son? Pues quizá mi siguiente tarta para Claudia sea sobre ellos, ya lo descubrirás…

     
   Esa tarta no representaba a Claudia pues no incluía en su receta ninguno de sus ingredientes vitales. Estos son algunos, pero no se pueden medir en gramos, hay que cerrar los ojos para saborearlos.

   ¿Sabes lo que se siente cuando esa primera brisa del verano acaricia suavemente tu rostro y tu respiración queda pausada y profundamente extasiada en ella? Cierra los ojos y siéntela ahora. ¿Conoces el olor a paz, a descanso, a vacación? Cierra los ojos y disfrútalo ahora. Seguro que alguna vez te has sentido profundamente aliviado al despertar  y comprobar que aún quedan dos horas para que suene el maldito despertador que te hará sacar los pies de tu calentito edredón al que te abrazas ahora como si fuera tu segunda piel. ¿Qué dios del Olimpo te envió esas dos horas eternas? Cierra los ojos y duérmelas ahora. ¿Has contemplado alguna vez un pueblecito nevado escondido en la montaña? ¿Te ha cortado la respiración su paisaje y el frío de esa nieve de terciopelo? Cierra los ojos y tócala ahora. Seguro que tumbado en la playa te has evadido del mundo adormeciéndote al rumor de las olas. Puedes oírlo ahora si te lo propones.  Cuando alguna vez , creyendo que la tableta de chocolate se ha terminado, abres el armario y descubres una onza escondida, quizá esperándote, descolocada entre paquetes de galletas, envuelta en papel de plata pidiendo ser rasgado, ¿no te pareció haber encontrado un tesoro? ¡Qué dulce al deshacerse en tu boca! Saboréala ahora. Una fuente inagotable de agua fresca que inunda los campos secos y hace renacer la esperanza de que surjan de nuevo en ellos pequeños brotes de vida. La carcajada limpia y contagiosa en mitad del serio discurso de cada día. El sabor a casa, el ceñir de tus zapatillas, el placer y la calma de tu sofá y tu mantita mientras llueve afuera…

   Todo eso…la tranquilidad, el refugio, la vacación, la risa, la sorpresa, la frescura, la esperanza, la alegría… todo eso es Claudia. Claudia es una fábrica de dulzura y de sonrisas. De esas que le faltan a esta tarta de Hello Kitty. Por eso esta tarta no le pega. ¿Por qué Hello Kitty no tiene sonrisa? ¿Cómo puede gustarle a un niño una muñeca sin sonrisa? 


    
     La próxima vez usaré esta receta y me olvidaré de hacer pruebas de diseños no sentidos. Hornearé todos sus ingredientes a la temperatura correcta para que sea una tarta de verdad pensada para Claudia, una tarta donde la sonrisa que le faltó a esta sea lo que es ella, una  sonrisa increíblemente perfecta.

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